En Venezuela somos muy de Carnaval… Todo lo que involucre un bonche o una rumba, ahí estamos nosotros.
Nos encanta festejar, bailar, hacer música y pasarlo en grande, y el Carnaval es la oportunidad perfecta para ello.
Por fin se acercan estas fechas que tanto nos gustan y como tenemos mucha nostalgia, no podíamos pasar por alto la oportunidad de contarte las tradiciones más emblemáticas del Carnaval en Venezuela.
En nuestro país nos tomamos muy en serio estas fechas ya que las recibimos como una segunda Navidad.
Y no es para menos, porque ojito, tenemos el Carnaval de El Callao, Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO… Eso sí es nivel.
Y como es de esperar, tradición que sea Patrimonio de la Humanidad, tradición que tiene un millar de curiosidades y cosas que contar.
Así que, sin más dilación, ahí van las 5 tradiciones más emblemáticas del Carnaval en Venezuela. Verás lo graciosas y coloridas que son…
Los medio-pintos.
Los medio-pintos son personas que están tintadas al completo de pintura negra. Van recorriendo las calles pidiendo dinero y el que no aporte, recibe un aluvión de manchas por el hollín corporal.
¿Por qué se llaman medio-pintos?
Reciben este nombre porque su forma de pedir era la siguiente:
“Un medio (Bolívar, la moneda nacional) o te pinto.”
De ahí nace la palabra “medio-pinto”.
Los diablos.
No hay nada más típico, colorido y que atrape más la atención, que los diablos en Carnaval.
Se trata de una representación mágico-religiosa del Carnaval que encarnan hombres vestidos de rojo, blanco, amarillo y negro, que van enmascarados de diablos y van armados de látigos o tridentes.
Estos diablos van desfilando por la calle con tridente en mano pinchando a los viandantes y… ¡Sorpresa! También van pidiendo dinero…
Qué listos… Como dicen por ahí, más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Las Madamas, símbolo del Carnaval venezolano por excelencia.
Las madamas son mujeres que asisten a las comparsas y carrozas del Carnaval en Venezuela.
Llevan vestidos y joyas coloridas y vistosas, van bailando al ritmo del tambor e imponiendo “orden en el bochinche”, ya que son las que se encargan de no dejar que el público de a pie no se meta en la comparsa.
Suelen verse en los desfiles tras la llegada de los diablos.
Las negritas del Carnaval venezolano.
El disfraz de negrita es un disfraz tipiquísimo usado por mujeres.
Las mujeres se escondían bajo un disfraz que resulta ser una malla o mono enterizo de color negro.
Además, llevan en el rostro una malla que las cubre por completo. Solo hay agujeros para los ojos, la nariz y la boca.
El disfraz va complementado con la boca pintada de rojo, collares exagerados y ropa interior que va por fuera.
Es un disfraz que invita a la desinhibición, a la diversión y a la provocación.
Lo común es que los chicos se iban a los clubes y en la noche llegaban sus parejas disfrazadas de Negrita.
Las Negritas escogían al chico con quien querían disfrutar de las fiestas y eran las que podían hacer todo lo que quisiesen.
Las negritas podían besar, tocas, bailar y hacer todo lo que les plazca, mientras que los chicos no.
Si los chicos se pasaban, las negritas los pinchaban con un palito de madera afilado.
El anonimato es clave en este disfraz, además de los más divertido. Las chicas solían sorprender al chico que escogían preguntando con una voz fingida “¿A qué no adivinas quién soy?
Esta tradición vive más que nada en el recuerdo, ya que con la llegada de la TV, esta costumbre se ha ido perdiendo, aunque no deja de ser tan curiosa y graciosa como divertida.
El calipso.
Todo al ritmo del calipso: to-do.
Desde que comienza el Carnaval en Venezuela, hasta que acaba, solo podrás oír calipso.
¿Y las salsas? ¿Y los boleros? Nada de eso. Puro calipso. Si te fijas bien, estas tradiciones que acabamos de contar recuerdan más a África que a un país latino.
Esto se debe a la herencia cultural africana que tiene Venezuela como resultado de los esclavos que trajeron los europeos durante la época colonial.
Por ello, muchos ritmos, colores y tradiciones son heredados principalmente de África.
De hecho, en los Carnavales de El Callao (los más míticos de Venezuela) el calipso que se canta es en patuá, un híbrido entre inglés y francés, como fruto de la gran población de Las Antillas que habitó en Venezuela durante mucho tiempo.